A construción dun teatriño de títeres sempre foi un xogo moi utilizado polos nenos e non tan nenos nas casas, facer e representar nun teatriño improvisado utilizando sombras, títeres de luva… foi e segue sendo unha moi recorrida diversión caseira.
No libro, ¿Por qué nos gustan las guapas? y otros textos (1952-1955)/Rafael Azcona. Con un prologuito de Bernardo Sánchez Salas. Logroño. Pepitas de Calabaza ed. 2012 cóntannos no prólogo cómo Rafael Azcona construíu un teatriño de títeres na súa casa cando tiña 14 ou 15 anos.
[…]
“Para entonces, Rafael ya lleva tiempo fabricándose escenarios y figuras con dibujos, con palabras o incluso con recortes de telas y… garbanzos. Carmen recuerda cómo su hermano apañó un elenco de marionetas “de dedo” con unos retalitos a los que luego engastaba garbanzos simulando ojos u orejas. No les faltaba ni la pupila ni el resto de detalles, pintados en el margen de su mínima superficie. Para manipularlas, las enfundaba en el cuerpo de su índice y de su corazón, sirviéndose a modo de embocadura teatral del marco de una puerta de la casa que tenía en su mitad superior una tela y el cristal roto. Rafael representaba, así, a dos manos caricaturas de episodios domésticos (desde un apretón por comer sardinas en mal estado a la explosión de unas botellas de conservas de tomate) imitando todas las voces, los dichos y los ruídos.”
[…]