Novo artigo da nosa colaboradora Mónica González Otero
DE LOS VERANOS DE AMOR ARMADO.
TINA MODOTTI.
Udime 1896-México 1942.

“Me considero una fotógrafa, y nada más … La fotografía por el sólo hecho de que sólo se puede producir en el presente y basándose en lo que existe objetivamente frente a la cámara, se impone como el medio más satisfactorio de registrar la vida objetiva en todas sus manifestaciones, de ahí su valor documental, y si a esto se añade sensibilidad y comprensión del asunto y sobre todo una clara orientación del lugar que debería tomar en el campo del desenvolvimiento histórico, creo que el resultado es algo digno de ocupar un puesto en la revolución social a la cual todos debemos contribuir”.
Hija de socialistas italianos, Tina Modotti llega a México en 1923. Y es allí donde se forma de la mano del prestigioso fotógrafo Edward Weston. Juntos introdujeron las prácticas de la fotografía vanguardista entre los artistas mexicanos, principalmente los muralistas. Es esta una etapa de aprendizaje, con planteamientos puramente formalistas o casi abstractos. Son fotos de de composición pura, donde la preocupación por la perspectiva, la construcción y la dimensión revela la destreza de la artista con el manejo de su medio. Son fotos de escenas cotidianas que adquieren un prestigio casi místico.
Desde el primer momento, el arte en Tina entra en conflicto con la política, y finalmente, fue el compromiso político el que definió su forma de vida. Se impuso la revolución.
Instalados en el México, su casa se convierte en lugar de encuentro de artistas e intelectuales, embebidos del ideario comunista y la esperanza revolucionaria. En 1925 se afilia al partido comunista, y sus ansias, arrastradas ya desde una infancia difícil encuentran acomodo en las luchas contra las injusticias sociales, en los principios éticos que fluyen entre la URSS y el México de la época. Su implicación cada vez mayor la convirtió en objetivo de persecuciones mediáticas y también políticas, en las que se cuestionaba no solo su posicionamiento político sino también su posicionamiento vital, nada encorsetado en convencionalismos.
Sigue manteniendo sus propuestas modernistas, en lo que respecta a los encuadres o la composición, pero su temática se adquiere un marcado carácter político social. Su estética es completamente diferente, ahora se orienta a una búsqueda documental, simbólica y de carácter social. Su creciente compromiso cambia su manera de ver el mundo. Sus fotografías no pierden el sentido de la forma pero sus prioridades ahora son otras. Y la cámara como prolongación las recoge.
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Manos descansando
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Máquína de escribir de Mella: foto con un fortísimo esteticismo que es además un reflejo sicológico de Julio Mella, amante de Tina Modotti, luchador por la justicia social y escritor prolífico, que consideraba su máquina de escribir como un arma revolucionaria. Murió asesinado cuando paseaba con Tina.
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Campesinos mexicanos leyendo “El Machete”, periódico oficial del partido comunista. Imagen sencilla cargada de una fuerte intencionalidad política.
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Manos de titiritero. Imagen de tensión y de sensibilidad, Tina Modotti entendía que en un país donde el analfabetismo y el protagonismo de la artesanía hacían que la población comprendiese mejor el teatro de marionetas, por lo que fijó su objetivo y son varias las series con esta temática
Aprovechando el intento frustrado de asesinato del presidente Pascual Ortiz, en 1929, el gobierno mexicano, que estaba en pleno viraje de sus políticas, se había ilegalizado el partido comunista, encuentra la excusa perfecta para expulsar del país a la fotógrafa. Empieza así un periplo que la llevará a recorrer Europa, y que la separa de los tres países que la habían criado, Italia, Estados Unidos y México, que vinculaban su visado al rechazo de sus ideas políticas. No hubo concesiones por parte de la artista. Recorre así la Alemania prehitleriana, la U.R.S.S y finalmente ya incorporada al Socorro Rojo Internacional se desplaza a España para combatir el fascismo, yendo al frente, cuidando soldados, en las oficinas del gobierno republicano … Pero nunca como fotógrafa.
En México había formado parte de las luchas revolucionarias, y era su cámara su instrumento. Pero tras su paso por Alemania, declara que su cámara no puede revelar lo que su cuerpo no puede entender, que no puede usar la cámara cuando hay tanto trabajo por hacer, y es el trabajo político el que absorbe todo su tiempo. Deja así de captar imágenes, trunca una carrera de artista. Se entrega a la ilusión de un mundo nuevo.
En la primavera de 1939 el mundo ya sabía que la Guerra Civil española , había terminado. Y Tina aparece ahora como una mujer cansada, derrotada, obligada a huir. Llega a México después de diez años de ausencia, y lo hace con un nombre falso, María. Recupera el suyo propio tras una intervención del gobierno de Lázaro Cárdenas que anuló su orden de expulsión. Ya nunca sería la misma, estaba vencida, y aunque volvió a sacar alguna foto, no queda registro de ello.
Modotti renunció a la fotografía por un ideal político que nunca supo gestionar bien. Se cegó ante una utopía socialista.
Apareció muerta en enero de 1942, fría y sola, en un taxi. Tenía cuarenta y seis años. Su entierro se convirtió en un acto político al que asistieron los principales escritores latinoamericanos y europeos de izquierdas. Fue enterrada bajo enormes ramos de rosas y de lirios.
“¿Oyes un paso firme de soldado en la nieve?
Hermana, son tus pasos.”
(Epitafio escrito por Pablo Neruda para la tumba de Tina Modotti, Cementerio de México D.F.)
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